Autor: José Emilio Iniesta email:jeiniesta@terra.es
Fecha: 22-04-03 10:20
Pues al parecer la j castellana no tiene nada que ver con el árabe; ésa es al menos la opinión de los "romanistas" (R. Lapesa, etc.). En castellano medieval, como sabes, hubo dos consonantes fricativas prepalatales, una sonora (parecida la j francesa) y otra sorda, como sh inglesa (o x catalana o bable). A finales de la Edad Media se confundieron (la sonora pasó a sorda) y luego, a lo largo del siglo XVI y comienzos del XVII, se retrasó el punto de articulación, y así se generó la j (velar o úvulovelar fricativa sorda).
Es verdad que alguna j tendría influencia árabe (a través del habla morisca). El caso de sepia>jibia se debe a que primero pasó a xibia. Más notorio es joroba, que viene de huduba a través de la forma vulgar hudruba.
Pensemos que en el siglo XVI la gran influencia del árabe sobre el castellano ya había cesado, y que el arábigo se batía en retirada (como lengua muy vulgar, degradada y arriconada en los registros más bajos) tan sólo entre los moriscos granadinos y valencianos, y en menor medida los murcianos.
Si la j castellana viniese del árabe, podemos plantear, ¿por qué no aparece en valenciano, portugués o siciliano, sometidos a fuerte influjo arábigo también?
Aunque es cierto que un mismo substrato o adstrato no actúa igual sobre lenguas diferentes.
De todas formas, quizás no se haya dicho la última palabra sobre este interesantísimo tema.
Saludos.
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