Autor: Antonio GR email:antanins@yahoo.es
Fecha: 14-12-00 20:45
Hola, Alberto. Dices en tu última respuesta que el derecho de los árabes (mejor dejarlo así en general) a transcribir sus nombres propios en alfabeto latino como mejor les plazca "choca con otro mío, como usuario de otro alfabeto, a transcribir sus nombres como me sea más cómodo."
Creo que hay un cierto malentendido (o al menos tu expresión induce a ello): el que transcribe su nombre en un alfabeto latino no lo transcribe en "otro alfabeto" distinto al nuestro/tuyo (al español). Quiero decir que el "alfabeto francés" (si tal cosa existe y no compartimos todos un alfabeto latino de límites difusos que varía en tanto se acomoda a cada lengua) no es tan "otro alfabeto".
El problema es que un argelino (por generalizar de nuevo) cuando transcribe su nombre no está empleando "otro alfabeto", distinto al tuyo/nuestro, como no lo hace un francés. Mi pregunta ahora, nada inocente, es por qué el derecho de este último a escribir Maille, Beaumont o Camus no choca aparentemente con el tuyo a escribir May, Bomón o Camí.
Reconozco haberme salido (de tanto generalizar) del tema que nos ocupa, que no es la administración, ni los destinatarios de las transcripciones funcionarios, sino la prensa y sus destinatarios, los lectores habituales. Vamos, y por extensión el resto de los medios de comunicación y sus oyentes, telespectadores, etc. Yo lo que veo difícil es trazar esa distinción entre personajes públicos y no tan públicos que a veces es clara, pero no siempre (lo de Khashoggi me parecía revelador; el corredor marroquí, ¿es Aouïta o Agüita? ¿es lo suficientemente público como para cambiarle el nombre?). Y es que a veces, hasta definir la procedencia de un determinado personaje/apellido resultaría complicada: el Agha Khan, ¿es el "aga can", como dicen mis padres, o Aga Jan? ¿Louis Farrakhan debe escribirse así o bien Luís Farraján?
En cuanto a los nombres con "tradición escrita en español", la verdad es que no estoy muy seguro pero Mohamed no es el mejor ejemplo. Si no me equivoco es una transcripción tomada del francés, aunque ya se utilizaba en tiempos del Protectorado. Lo que no puedo comprobar es que se trate de una transcripción española, es decir, ideada en y para nuestra lengua como lo es Abderramán. En ese caso, fuerza sería reconocer que hemos tomado ya antes transcripciones de otros idiomas. Pero esto en sí no tiene mayor importancia.
Creo haber expuesto claramente mis dudas. Estaría bien contar con la opinión de otros seguidores de arabismo.com... ¿verdad?
Saludos,
Antonio.
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